La casa fue creada y soñada por Marianicer Figueroa Agreda en Marzo del 2016, justo antes de cerrar un ciclo intensivo de cuatro días de trabajo con Carpas Rojas Venezuela con el que estaban conmemorando la Semana Santa, y en el que trabajabamos cada día los arquetipos femeninos asociados a los ciclos lunares. Pidiéndole orientación a la abuela sabia sobre cómo canalizar sus deseos de retomar su labor como psicóloga, dibujó y empezó a soñar ese espacio, que imaginó como otra carpa donde acobijar, sanar y potenciar la energía femenina sagrada, la masculina, y por ende el matrimonio sagrado entre ambas.